domingo, 21 de octubre de 2012

Invisible

Llegó invisible el cansancio a los pies de la cama,
se escapó de algún lugar para dormir en mi cielo...
para colarse en una esquina tocando el gris de mi cuello.

Invadió suave algún rincón,
me enfermó con agua al quitarme la sed...
Envejeció mi piel..., al filo de las horas sin fe.
Torció cada hoja de mi rama...
y compró cada gota de mi pluma...

Invisible envenenó la fruta que me alimentaba.
Invisible el sabor amargo....
se quedó sin preguntarme,
sin llamarme aquella mañana...




2 comentarios: